Psicóloga al servicio de los enfermos que cree en lo que hace

Nieves Rubio Norza

Nieves Rubio Norza

 

Psicóloga al servicio de los enfermos que cree en lo que hace

Soy zaragozana de nacimiento pero bilbilitana de corazón. Estudié Psicología en la UNED. Además de los conocimientos necesarios para ejercer esta profesión, la UNED me enseñó a ser constante y que si quieres conseguir algo tienes que luchar por ello. Luché y me llevó hasta donde estoy. Hice las prácticas de la carrera en la AECC en Zaragoza. Quería conocer lo que era el cáncer, no había ningún motivo concreto, pero me llamaba la atención. Durante las practicas me decidí a hacer un máster de psicooncología en la Complutense de Madrid. Mientras estudiaba trabajaba en comercios, trabajos esporádicos, hasta que decidí buscar de lo mío. No lo he tenido fácil, pero tenía claro mi objetivo. Empecé en la AECC en Madrid en los Servicios Centrales hace 5 años y de ahí me fui a Zaragoza. Desde 2014 estoy en Calatayud.

Mi trabajo es prestar atención psicológica a pacientes y familiares en cualquier momento de la enfermedad y en el duelo.

Coordino en el Hospital de Calatayud a un grupo de voluntarias cuya función es el acompañamiento. Coordino un programa de primer impacto para atender de forma inmediata las necesidades del paciente y sus familiares en el momento inicial del diagnóstico. Y realizo charlas de prevención en Colegios e Institutos.

Mi mayor motivación es creer en lo que hago y en los valores de la AECC: dinamismo, independencia, unidad, profesionalidad, transparencia y ayuda.

Me enriquece la capacidad del ser humano de transformarse en los momentos más complicados (resiliencia).

Me hace sufrir y me desgasta vivir con la muerte tan de cerca, tenerla tan presente, porque creo que no nos preparan, que no nos hablan de ella, pero aprendo a manejar ese dolor emocional.

No hay enfermedades sino enfermos. Partiendo de esa base, miro a cada uno de ellos con su tipo de tumor, con sus circunstancias personales, familiares y sociales. Intento verlos con sus mismos ojos, aunque es difícil, y los trato con mucho respeto. Y procuro aportarles esperanza. «La esperanza no sólo es vivir. Cuando a alguien se le diagnostica un cáncer la esperanza se fija en la curación; cuando no hay cura, la esperanza es que la enfermedad avance lentamente, cuando avanza , la eesperanza es minimizar el sufrimiento; y si continúa, esperanza es morir en paz.»

Testimonio comunicado en el Encuentro diocesano de Profesionales Sanitarios Cristianos celebrado el 21 de febrero de 2015 en Calatayud.