Annunziata, E. – Paganelli, R., Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Gestos de misericordia

Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Gestos de misericordia

Los autores, doctores en teología y con una vasta experiencia misionera, interpretan la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,29-37) desde una perspectiva pastoral, pero centrándose solamente en los dos primeros versículos: un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Pablo VI señaló en su última alocución a las sesiones públicas conciliares que esta parábola fue el icono de la espiritualidad del Vaticano II. El libro se estructura en dos partes. En la primera se centra en la figura del hombre que bajaba, y en la segunda se detiene en el versículo de Jerusalén a Jericó. Todos los seres humanos somos caminantes, criaturas frágiles y apasionadas. Quien encuentra a Dios vive un camino nuevo. Para ello se necesita ser paciente y detenerse (perder el tiempo). Hoy vivimos bajo las redes de una mentalidad consumista que nos oprime. Ante esta realidad, los cristianos tenemos que presentar una vida alternativa que libere al hombre de los diferentes ídolos. La riqueza del hombre es ser imagen del Creador. Para ser semejantes a Dios necesitamos ser conscientes de nuestra debilidad y reconocernos hombres necesitados de ternura. La gratuidad del creyente es dar su tiempo. En la segunda parte, De Jerusalén a Jericó, los autores explican que el problema de nuestro tiempo actual es la prisa. Hay que vencer el miedo a detenerse; los fuertes necesitan a los débiles. La Iglesia es un lugar para vencer los miedos que nos impiden acercarnos a los pobres y pequeños, verdadero rostro de Dios, y acogerlos o curarlos. Necesitamos estudiar y actuar para ir construyendo un mundo mejor: ser compasivos de corazón. Cada caminante necesita encontrar su propio estilo caritativo. Todos los hombres estamos hechos para alabar al Creador; por eso la cuestión ¿quién es mi prójimo? tiene fácil respuesta: la humanidad entera. En conclusión, un libro apasionante que se lee con soltura. Una historia para aprender a descubrir que con pequeños gestos de misericordia podemos ir cambiando el mundo. Déjate sorprender por estas historias reales y descubre que hay signos de resurrección a nuestro alrededor. Marta Sánchez Tomado de la revista Sal Terrae, noviembre 2013 Annunziata, E. – Paganelli, R., Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Gestos de misericordia, Sal Terrae, Santander 2012.