Iglesia servidora de los pobres

Iglesia servidora de los pobres

“Los obispos no estamos en las nubes, estamos en contacto con el sufrimiento de la gente. Nos duele su sufrimiento, y especialmente en este tiempo de crisis, de gente sin trabajo, de relaciones que se rompen, de pérdida de valores… Nos duele ver a tanta gente sufrir”. El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, y responsable de Pastoral Social de la CEE, Juan José Omella, presentó el 15 de junio en la Universidad Pontificia Comillas, la instrucción pastoral “Iglesia, servidora de los pobres”. Un documento programático, que bebe de las fuentes del Papa Francisco y que, a partir de ahora, habrá de darse a conocer, como merece, a la sociedad española.

“Ahora hay que iluminar, queremos dar esperanza”, arrancó monseñor Omella, después de escuchar la presentación del rector de Comillas, Julio L. Martínez, sj., quien se comprometió a que “Comillas sea una de esas instituciones comprometidas en hacer realidad las propuestas de este documento”.

En su breve intervención, Omella habló de la pérdida de Dios y de lo absoluto, de la deshumanización de la economía y de la necesidad de “una mirada nueva” que nos permita percibir “toda la mirada humana, especialmente la más pobre, la más deshecha”.

El obispo desveló que detrás de este documento se encuentra la Evangelii Gaudium del Papa Francisco. “Es el gran paraguas de este texto, el que nos envía a evangelizar el mundo de hoy, a poner esperanza, porque la evangelización no puede ir separada de una transformación social”.

“Debemos cambiar el foco, y valorar de nuevo la dignidad de la persona humana, su primacía en el orden social”, señaló el obispo, quien denunció, en palabras del Papa, al “homo economicus”, ese que vive dentro de las reglas del “solo vale el dinero y lo que tú vales. No, la dignidad de la persona, produzca más o menos, es fundamental”.

En otro orden de cosas, y uniéndolo a la inminente encíclica papal, Omella subrayó la importancia de subrayar “el destino universal de los bienes de la Tierra. La tierra es de todos, y pertenece a todos”. Algo especialmente importante en este momento “en que ha habido tantos cambios en los Ayuntamientos y las CC.AA., apostar por el bien común”.

“Yo tengo que ser obispo de todos, de la izquierda y de la derecha, de los de arriba y de los de abajo. Hay que abogar por una nueva mentalidad en términos de comunión”, recalcó, incidiendo la importancia del “derecho a un trabajo digno y estable”.

“Quien descubre el amor de Dios trata de vivirlo con quienes le rodean”, asumió Omella, quien señaló algunas de las propuestas que plantea el documento, como la creación de empleo, una economía inclusiva y de comunión o “un pacto social, donde todos, también la Iglesia -todos trabajamos por esta sociedad- podamos encontrarnos en el trabajo por la sociedad”.

Por su parte, el profesor José Manuel Aparicio destacó que “Iglesia, servidora de los pobres” es un “documento estratégico”, mientras que José Manuel Caamaño comparó la instrucción pastoral con la Evangelii Gaudium, culminando que “se trata de un documento sin rodeos, valiente, que respira el aire fresco de Francisco que llega desde Roma”.

Finalmente, el rector de Comillas destacó la importancia de la Universidad para hacer realidad las propuestas que realiza el documento. A través de la investigación de la docencia y de la transmisión del aprendizaje y su exportación a la sociedad. “Todos estamos llamados a la búsqueda de la verdad. ¿Cómo hacerlo? Encarnándose en la sociedad en la que existe, analizando las causas, las salidas, las soluciones concretas a los problemas”.

“La clave está en tener muy presente la opción preferencial por los pobres”, indicó Martínez, quien recalcó que “la centralidad del pobre, las fronteras de la injusticia y la inhumanidad son prioritarias”, y destacó la importancia de “mirar la realidad desde abajo, pues es un modo de acceso privilegiado”.

Precisamente, en su opinión, “ahí está la clave del ‘efecto Francisco’. Es alguien que se cree lo que dice, y uno siente que habla de aquello que vive, o que ha experimentado en alguna ocasión”. Sobre el texto, el rector destacó que surge “en un momento particularmente importante, en el que hay que contar con todas las fuerzas que podamos tener. El texto servirá para el futuro de la Iglesia española“.

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