En 1992 el Papa Juan Pablo II instituye la Jornada Mundial del Enfermo como una manera de hacer presente el mundo de la enfermedad y del dolor en este mundo, y como un reconocimiento a la labor de tantos profesionales que trabajan y se entregan a favor de los más frágiles, los enfermos y también el reconocimiento a tantos voluntarios que hacen del mundo sanitario su lugar de compromiso y de servicio.
Ahora celebramos el 30 aniversario de su institución y el papa nos recuerda la importancia de la misericordia como componente necesario en la atención a los enfermos.
El lema del mensaje para este año es: “‘Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso’ (Lc 6,36) Estar al lado de los que sufren en un camino de caridad”
De esta manera el Papa nos invita a reflexionar sobre el cuidado. Teniendo como idea fuerza la Misericordia como fuerza y ternura a la vez.
En su mensaje el Papa se refiere específicamente a los sanitarios a los que les pide que “sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre“. “Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva”. También hace un reconocimiento a los centros sanitarios que se convierten en las posadas que acogen al herido que recoge el samaritano, (posadas del buen samaritano, nos dice).
En sus palabras hay un mensaje también para los enfermos y sus familiares; “Que unidos a Cristo, que lleva sobre sí el dolor del mundo, puedan encontrar sentido, consuelo y confianza. Rezo por todos los agentes sanitarios para que, llenos de misericordia, ofrezcan a los pacientes, además de los cuidados adecuados, su cercanía fraterna”.
Mensaje del Papa Francisco con motivo de la XXX Jornada Mundial del enfermo_2022
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