Salud y sabiduría de corazón

SALUD Y SABIDURÍA DE CORAZÓN

Son ya 23 ediciones las que se llevan celebrando las Jornadas y Pascua del enfermo en las que la Iglesia recoge el mensaje más primigenio de Jesús, cuando iba por los caminos curando a los enfermos, siendo uno de los primeros encargos que hizo a sus discípulos cuando les mandó a predicar: “Por el camino proclamad que ya llega el reinado de Dios, curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios” Mt 10,8.

El mensaje y el envío sigue presente hoy. Jesús nos sigue enviando pero con una mirada renovada: SAPIENTIA CORDIS. OTRA MIRADA ES POSIBLE, reza el lema de este año. Y oportunidades de ver estas otras miradas tuvimos los profesionales en las Jornadas celebradas en Málaga en el mes de marzo de este año.

El Papa Francisco nos resume en cuatro puntos lo que supone esta sabiduría del corazón y cuál son sus manifestaciones y frutos.

Es una actitud infundida por el Espíritu Santo en la mente y en el corazón de quien sabe abrirse al sufrimiento de los hermanos y reconoce en ellos la imagen de Dios

Es servir al hermano enfermo. Es fácil servir unos días; es difícil cuidar de una persona durante meses, años, incluso cuando ella ya no es capaz de agradecer.

Es estar con el hermano enfermo. El tiempo que se pasa junto al enfermo es un tiempo santo. Gracias a nuestra cercanía y afecto, se siente más amado y consolado.

Es salir de sí hacia hermano enfermo. A veces nuestro mundo olvida el valor especial del tiempo empleado junto a la cama del enfermo, porque estamos apremiados por la prisa, por el frenesí del hacer, y nos olvidamos de la dimensión de la gratuidad del hacerse cargo del otro.

Es ser solidarios con el hermano enfermo sin juzgarlo. La caridad verdadera no juzga, que no pretende convertir al otro.

María, Sede de la Sabiduría, haz que en el servicio al prójimo que sufre, y a través de la experiencia del dolor, podamos acoger y hacer crecer en nosotros la verdadera sabiduría del corazón.

El mensaje de los Obispos responsables de la pastoral también nos recuerdan lo esencial de esta celebración: “Quien vive la Pastoral de la Salud sabe que su lenguaje propio es el del corazón. Vivir el sufrimiento o acompañarlo toca el corazón.”. En su carta nos animan y alientan que nuestro corazón se conmueva ante el hermano herido y enfermo, por eso no podemos de dejar pasar por alto nuestro compromiso ante la situación que estamos pasando y nos llaman a un compromiso serio y profundo; “…queremos seguir insistiendo en que la sabiduría del corazón también nos reclama un compromiso socio-político. No se puede nunca anteponer la economía a la salud.