Sembradores de esperanza

Sembradores de esperanza

El día 4 de diciembre de 2019 la Subcomision de Obispos Familia y Vida ha hecho público el documento que bajo el título ‘Sembradores de esperanza’ aborda el tema del tratamiento del final de la vida

El documento fue presentado por Mons. Iceta, Obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión, quien remarcó que no existe una demanda social de eutanasia cuidados paliaitivoz. Por ello la Iglesia dice que la eutanasia no hace una sociedad más justa, más reconocedora de los derechos de todos y más compasiva con los que sufren. Todo lo contrario.

En la presentación a los medios de comunicación estuvieron presentes: Encarna Pérez, enfermera de la Fundación Vianorte-Laguna; el Dr. Jacinto Bátiz quien durante muchos años ha dirigido la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan De Dios, de Santurtzi (Vizcaya). En la presentación del documento ha intervenido también Ángel Pérez para dar un testimonio de cómo afrontar el final de la vida.

Sembradores de esperanza

El documento que se presenta está elaborado en formato preguntas y respuestas, procurar abordar la raíz del problema. Como recoge María Martínez López en Alfa y Omega (5/12/2019): “La respuesta del episcopado, además de desarrollar las razones de su rechazo ético, explica de forma divulgativa cuestiones relacionadas con el final de la vida como los cuidados paliativos, la adecuación de los tratamientos y el rechazo a la obstinación terapéutica. Pero no plantea estas vías, necesarias y necesitadas de un mayor desarrollo, como único freno a la eutanasia”

ALGUNAS CLAVES que se recogen en este texto, sintetizadas en Alfa y Omega:

  • La dignidad de la persona se fundamenta «en el hecho elemental de ser humana, con independencia de cualquier otra circunstancia». Y «no se pierde por sufrir».
  • «La vida humana no solo es un bien personal, sino también un bien social, un bien para los demás». Atentar contra ella «afecta a la justicia debida a los demás».
  • «El médico solo debe aplicar tratamientos que tengan posibilidades reales de mejorar la situación del paciente (no solo de curarlo)».
  • Cuando la muerte está cerca se pueden cesar actuaciones médicas pero nunca abandonar «los cuidados generales básicos»; incluidos la nutrición e hidratación, incluso artificiales, siempre que «no resulten demasiado gravosas o de ningún beneficio».
  • «La cercanía de la muerte no es razón suficiente para aplicar una sedación paliativa». Solo debe aplicarse ante síntomas que no remiten, previo consentimiento y permitiendo que el enfermo resuelva antes sus asuntos.
  • «Es muy importante asegurar el soporte adecuado para que la familia pueda hacer frente al desafío que supone la enfermedad» de un miembro. Sobre todo en el caso de las «especialmente vulnerables».
  • «La medicina paliativa no está suficientemente contemplada en la organización sanitaria española». Los poderes públicos deben reconocer estas necesidades e impulsarlas.

Presentación en la Conferencia Episcopal Española