XI Jornada Interdiocesana Cataluña

HOSPITAL DE LA SANTA CREU I SANT PAU

Presentación

 

Este año el Consejo Pontificio de la Pastoral de Salud ha escogido para la campaña del día del enfermo el tema “Fe y Caridad” bajo el lema: “También nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos”. Recordemos que el año pasado la Iglesia celebró el Año de la Fe como verdadero motor de la caridad. Tampoco podemos olvidar la dimensión trascendente que supone una fe esperanzada.

Todos de memoria hemos recitado las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad, y quizás, nos quedábamos con una simplificación de su significado. Incluso, habíamos dicho que la fe era “creer lo que no vemos”. Qué lejos nos quedábamos de su verdadero contenido espiritual! Debemos profundizar y encarnar cada una de estas virtudes como realidades trascendentes que son el mayor argumento para dar sentido a la vida del bautizado.

Hoy hablamos de crisis en general y también de crisis de fe. Nos referimos a una especie de caos, de oscuridades y de decepciones. Como profesionales de la salud cuando hablamos de crisis debemos intentar ver este hecho como un momento en que la enfermedad hace un giro, es decir, cuando llega a ese punto álgido en que comienza una fase de recuperación. El Papa Francisco, cuando era Cardenal, en unas charlas explicaba el significado de la palabra crisis que viene del griego, la llamaba zarandeo, que significa la sacudida para despertar actitudes que a veces están dormidas, negadas o ignoradas. Entender la crisis de esta manera nos abre a la esperanza.

La actitud de la fe que interpela a la persona que se siente invitada a seguir a Cristo le lleva a unas actitudes vitales con un sello concreto. No se trata de un montaje subjetivo, hecho a medida, que nos puede dejar en una cierta comodidad. Vivir la fe es una realidad que va más allá. Es decir un “sí” confiado e incondicional a Dios que conmueve la propia vida y ayuda a dar respuestas a la realidad que toca vivir. Desde la fe se estima de una manera diferente, incluso, se es capaz de amar a los enemigos y transformar el mundo a partir de un diálogo de caridad que que trasparente el amor de Dios y, como no, esta actitud se puede aplicar de una manera viva en nuestro mundo de la salud.

Os invitamos al encuentro de PROSAC para repensar cómo vivimos y sentimos la amistad con Dios y cómo podemos disfrutar de las dichosas consecuencias de este diálogo con Dios Padre y Amigo.